Sobre los pies llegaba un rayo, mi reflejo del día, sino era un atardecer, había olvidado la hora.
En la madrugada apenas abro los ojos pues no puedo, agotada de tanto.
El sabor de tu piel me llega de aliento diurno, opaco, olvidado de la menta.
Entonces te beso para que seas real. Tus labios me han respondido neumáticos, automáticos parachoques, airbag.
Mi cuerpo se gira sobre su eje opuesto a ti. Vuelvo a dormir desapareciendo en sueños no entendibles, espectro de absorción.
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