jueves, 27 de agosto de 2009

Fábula del capullo

"No me pienso casar"
musitaba la oruga
mientras tejía su casa
de seda.

Pasó el tiempo,
el capullo se rompió
saliendo una mariposa
vestida de blanco,
con un ramo y
zapatos de tacón.

miércoles, 26 de agosto de 2009

jueves, 20 de agosto de 2009

Primer madrigal desintoxicador de empalagamientos. Al nº 23 .

No atendía a mis pies, mirando el techo no se veían. No era de día ni de noche, seguía mirando el techo. Agotada de tu calor corporal, me giré para observar tu rostro. Tu boca estaba abierta, respirabas fuerte sin roncar. Tus ojos achinados de sus globos oculares perdidos. Pasé sobre ti para llegar al otro lado, así saltar de la cama. Mi codo se hundió bajo tu esternón, encontrando algo sólido en su recorrido, te revolviste en un amago fallido. A la vuelta de beber agua te empujé, primero con cariño, luego con eficacia. Me tumbé de medio lado, opuesta a ti, soñando estar sola en mi cama.

Avería

La máquina de hacer sexo
se ha averiado,
la garantía expirado,
la llamada a la atención
al cliente ha agotado
el saldo prepago.

Hay helados de todos
los sabores,
no hay que negarlo.

viernes, 14 de agosto de 2009

madrigal empalagoromanticón nº 23

Sobre los pies llegaba un rayo, mi reflejo del día, sino era un atardecer, había olvidado la hora.
En la madrugada apenas abro los ojos pues no puedo, agotada de tanto.
El sabor de tu piel me llega de aliento diurno, opaco, olvidado de la menta.
Entonces te beso para que seas real. Tus labios me han respondido neumáticos, automáticos parachoques, airbag.
Mi cuerpo se gira sobre su eje opuesto a ti. Vuelvo a dormir desapareciendo en sueños no entendibles, espectro de absorción.

sábado, 1 de agosto de 2009

Ternera Orloff

Isabel había traspasado las lunas del restaurante, bajado dos escalones y tomado la puerta de la izquierda. En la cocina rompió los sonidos de un refrigerador con un alarido. La quietud de los platos blancos no contestó, un pitido bipeó en su oído, un humo negro la llevó al infierno del horno. Las terneras no van al infierno, dijo Orloff.