martes, 22 de diciembre de 2009

Vértigo de la ropa trepadora del Montón. Huelga lavandera.



Atrapada en la esquina,
esperando una cita de
detergente y centrifugado,
trepo la pared
buscando la luz que
unos vaqueros cegaron
en el último lanzamiento
nocturno.

Tiempo después,
la espuma blanca
cubrió mi boca,
burbujas velaron
nuestros ojos,
en círculo repetí,
cogiendo carrerilla,
110 veces no volver
a ensuciarme con la
paella del domingo.

Volver, volver
a oler perfume humano,
a humo, a calefacción,
a fritanga. Empastrarme
con mostaza,
con ketchup,vino tinto,
melocotón en almíbar,
tomate con espagueti.

Sin mirar abajo
alcanzaré la cima
de la pared, seré
una montaña multicolor
con calcetines dispares.
Tengo vértigo.

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