martes, 8 de diciembre de 2009

Fábula de la aspiradora succionadora de peces alimenticios


Enchufada a la corriente

eléctrica experimento
ansia de succionar, de
absorber todo rincón,
pasillo, sofá, bordillo.

Quiero devorar mi paso.
Esta trompa hiperflexible
acrecienta mi hambre,
la pelusa se entremete
por la garganta
atascándome el estómago.

Me apago de súbito
esperando que me vacíen
la bolsa, sigo enchufada,
sólo busco me tecleen
de nuevo el encendido,
yo derrito en aburrimiento
sobre cuatro ruedas.

La semana pasada
succioné cabezas
de pececillos alimenticios;
tan secas como
canicas bajaban mi
cánula.

Busco nuevas recompensas
soy una aspiradora
de fin
de semana,
emito sonidos

sino me duermo.

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