El arpa caminaba
las noches descalza.
Apostada junto a una carpa,
de sus notas harta,
entoné lo que de un camarote
aún recordaba.
Mis cuerdas había perdido
junto a los leones de
la Alhambra, los cuatro
arroyos del Paraiso
tampoco se hallaban.
Buscando la cueva flamenca
en el Sacromonte erraba,
sería la reina Elvira
quien con palmas, taconeando,
entre mesas
el arpa calzara.
El bolsillo sorpresa que a veces contiene un poema extraviado, asi puede ser este blog; con mejor letra. Copyright © 2009 M.R.S. - Reservados todos los derechos
lunes, 29 de marzo de 2010
martes, 23 de marzo de 2010
El libro melón. Primera ingesta.
El libro melón
tiene pepitas,
Pepes y muchas horas
de sueño interrumpido.
El melón se abre por
donde lo desee el lector
de melones, para ello
no se necesita cuchillo
sino dedos entretenidos.
Su jugo no mancha
las manos, pero puede
impregnar la percepción
de muchas incongruencias,
a la fin, necesarias para una
buena digestión de ideas.
tiene pepitas,
Pepes y muchas horas
de sueño interrumpido.
El melón se abre por
donde lo desee el lector
de melones, para ello
no se necesita cuchillo
sino dedos entretenidos.
Su jugo no mancha
las manos, pero puede
impregnar la percepción
de muchas incongruencias,
a la fin, necesarias para una
buena digestión de ideas.
miércoles, 10 de marzo de 2010
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